por Admin
Publicado el 17/02/2019
El uso de internet está cada vez más difundido en el mundo globalizado en el que vivimos.
Aunque esta herramienta en un principio nos permite hacer mejoras en nuestro día a día (recabar información, mantener el contacto a través del correo electrónico, etc.) su utilización, con fines recreativos, excesiva y persistente puede conducir a una adicción. De hecho, su importancia clínica y epidemiológica la sitúa como una de las patologías emergentes de mayor impacto en el siglo actual.
El trastorno de dependencia de la red se ha conocido con muchos nombres: desorden de adicción a Internet –Internet Addiction Disorder (IAD)- (Goldberg, 1995), uso compulsivo de Internet (Morahan-Martin y Schumacker, 1997), o uso patológico de Internet – Pathological Internet Use (PIU)- (Young y Rodgers, 1998b).
Las principales señales de alarma que denotan una adicción a Internet o a las redes sociales y que pueden ser un reflejo de la conversión de una afición en una adicción son las siguientes:
Lo importante en la adicción no es la actividad concreta que genera la dependencia, sino la relación que se establece con ella. Es una relación negativa, incluso destructiva que el sujeto se muestra incapaz de controlar.
Existen una serie de antecedentes que actúan como factores de riesgo de esta adicción: introversión, depresión, baja autoestima, búsqueda de sensaciones, ansiedad social y timidez. Los sujetos más proclives a sufrir problemas de este tipo son las personas que presentan déficits específicos en sus habilidades de relación y comunicación.
En algunos casos hay ciertas características de personalidad o estados emocionales que aumentan la vulnerabilidad psicológica a las adicciones: la impulsividad; la disforia, la intolerancia a los estímulos displacenteros, tanto físicos (dolores, insomnio o fatiga) como psíquicos (disgustos, preocupaciones o responsabilidades) y la búsqueda exagerada de emociones fuertes.
A su vez, los problemas psiquiátricos previos (depresión, TDAH, trastorno de ansiedad social u hostilidad) aumentan el riesgo de “engancharse” a Internet. Otras veces, se trata de personas que insatisfechos con su vida o con carencias vinculares o afectivas, intentan llenar esa falta con adicciones a sustancias o mediante conductas adictivas (descontrol para gastos y compras, juego, uso de internet o dispositivos móviles).
Los adictos a internet experimentan síntomas ansiosos, irritabilidad, desajuste emocional y problemas en la interacción social. La mayoría admite que tecleando frente a la pantalla se expresa mucho mejor que con una comunicación verbal presencial. A veces crean un personaje idealizado a su medida.
La adicción a las actividades en línea incluye el chat, la navegación en la web, los juegos de azar online, los juegos en red, el relacionamiento social virtual, o la búsqueda compulsiva de sexo, juegos violentos o pornografía.
Los adolescentes constituyen un grupo de riesgo para esta adicciónporque tienden a buscar sensaciones nuevas y son los que más se conectan a Internet, además de estar más familiarizados con las nuevas tecnologías.
Abusar de internet, puede causar bajo rendimiento escolar o laboral, déficit de atención, problemas de memoria y aprendizaje, insomnio, etc.
Esta adicción puede estar asociada con una estructura anormal de la sustancia blanca del cerebro que conectan regiones cerebrales implicadas en la formación y el procesamiento de las emociones, la atención y la toma de decisiones. También, se relaciona con alteraciones del comportamiento.
Es probable que este síndrome comparta mecanismos neurológicos con otro tipo de adicciones a sustancias y de trastornos que afectan al control de los impulsos.
Bibliografía:
https://www.psicologia-online.com/la-adiccion-a-internet-824.html
https://www.muyinteresante.es/salud/articulo/la-adiccion-a-internet-cambia-tu-cerebro
Alario, S. (2006). Tratamiento de un caso crónico de adicción a internet. Cuadernos de Medicina Psicosomática y Psiquiatría de Enlace, 79, 71-88.
Beck, A., Wricht, F., Newmann, C. F. y Liese, B. (2010). Terapia cognitiva de las drogodependencias. Barcelona: Paidós
Fernández, N. (2013). Trastornos de conducta y redes sociales en internet.
Revista muy interesante.
http://cerebroniad.blogspot.com/:Internet y Redes sociales causantes de Adicciones
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